miércoles, 30 de junio de 2010

Especial Rohmer

Y finalmente llegamos. Llegamos a un lugar al que nunca nos dirigimos en realidad. Pero la verdad es que hacía falta un especial sobre Eric Rohmer. A pocas semanas de su fallecimiento (¿Por qué los ídolos mueren tan jóvenes?), decidimos homenajear al más facho de la nouvelle vague con dos de sus películas más abiertamente políticas: Triple agente y la genial El árbol, el alcalde y la mediateca. Pueden escuchar el programa haciendo click aquí.

El árbol, el alcalde y la mediateca (1993)
Una galería de personajes y diálogos geniales dan forma a esta película de Rohmer sobre el progresismo, el progreso, el modernismo, la izquierda, la derecha, el campo, la ciudad, la política, la arquitectura, la ecología y un largo listo de etcéteras. Un alcalde socialista, que se proclama perteneciente al campo pero de mentalidad parisina, intenta dar ejecución a una partida presupuestaria para construir una mediateca sobre un espacio verde en su departamento de la campiña francesa. A su encuentro, discursivo, aparecen personajes como el director de la escuela, ex citadino devenido en defensor de la naturaleza, que con divertida verborragia se opone a cualquier tipo de construcción en su impoluto entorno. Ambos se arrogan el derecho de hablar en nombre de los verdaderos interesados mientras un par de personajes femeninos resaltan sus contradicciones. A JP le encantó mucho, a Fernando le gustó bastante también, pero menos. De todas maneras, imperdible.
A continuación un extracto de la gran escena en la que el director de escuela hace su solitaria diatriba contra la invasión citadina en el campo.




Triple Agente (2004)
Rohmer se caga en todo el zurdaje y el progresismo bienpensante y hace películas en consecuencia. En TA tenemos una película de espías, pero desde el punto de vista de un ex soldado del ejército blanco (los defensores del zar) quien realiza tareas de espionaje, muuuy al parecer, para el gobierno zarista fuera de la Unión Soviética. Curiosamente sus nuevos vecinos, con quienes entablará casi una amistad, son militantes del partido comunista. Mucho más que una película de espías (aunque con los atractivos propios de una película de ese género), contó con la aprobación de ambos conductores.

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