viernes, 2 de julio de 2010

Especial Yugoslavia 2da parte

Volvimos a hablar nuevamente de la patria de Tito. De esa Yugoslavia grande que nos trae tanta yugonostalgia y que se convirtió en un conglomerado de países tristes, enojados, violentos, desangelados y decadentes que pululan por el mundo y por el mundial con más pena que gloria. En esta oportunidad tenemos una comedia casi actual y una pelicula de Goran Markovic sobre una escuela en Belgrado. Pueden escuchar el programa haciendo click aquí.

El Mariscal (Vinko Bressan, 1999)
En una pequeña isla croata, durante el entierro de un viejo partisano comunista, los concurrentes creen haber visto a Tito en persona. Pronto el rumor de que el espíritu del Tito está en la isla se esparce y el alcalde (dueño de un bar y autoproclamado constructor de capitalismo) tiembla ante el revival comunista de la isla. No obstante, luego de los temores iniciales, le encuentra la beta económica a esta situación y construirá una especie de parque temático comunista para promover el turismo. Paralelamente, una junta de viejos comunistas preparan el rescate del supuesto Tito (a quien suponen secuestrado). El presunto Tito finalmente no es más que un viejo loco, pero el plan de reinstaurar el régimen ya está en marcha. Momentos sublimes, muy divertidos que hicieron las delicias de los conductores. Una muestra más que hay un fantasma que sigue recorriendo Europa y especialmente estos países donde el comunismo real alegró a grandes y chicos con sus bondades. Si hay nostalgia es porque algo falta, cosas que el mercado no puede cubrir: bienestar, felicidad, igualdad, dignidad, etc.

A continuación uno de los números musicales de la película:

Majstori, Majstori (Goran Markovic, 1980)
Una película sobre una escuela belgradense, y que transcurre en el último día de trabajo de la encargada de limpieza. La trama se pone en marcha a partir de la denuncia de una joven y bella profesora, en la que asegura ser víctima de acoso sexual por parte de otro maestro. Por este motivo, un inspector del partido, el fantástico Bogdan Diklic se internará en la escuela para develar la verdad. No obstante, sólo se encontrará con un silencio corporativo e impenetrable que no será capaz de franquear. A F más o menos le gustó, a mí no mucho. La película intenta dar cuenta metafóricamente de un supuesto estado de situación en Yugoslavia. Según esta visión, la estructura burocrática del país y sus políticas impedían discutir los problemas y sólo se ocupaban de ocultarlos y de guardar las apariencias, de que todo luzca reluciente y lustroso, aunque por dentro estuviera podrido. Nada muy original ni interesante. Además de que no estamos de acuerdo, por supuesto.


Para terminar un emotivo video sobre la visita de Josip Broz, o "El Tito de la gente", a nuestra querida República Democrática y Popular de Corea en 1977. Para cantar todos juntos.



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